OFICINA REGIONAL DE ONUSIDA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
GINEBRA, 18 de mayo de 2020—Uno de los grandes pilares de la respuesta al VIH, el suministro de servicios sanitarios liderado por la comunidad, se ha vuelto incluso más importante en el contexto de la COVID-19, mientras siguen aumentando las necesidades de los miembros de la comunidad marginados y la carga sobre el sector sanitario. Ello hace que sea vital garantizar la prestación continuada de los servicios para el VIH, la tuberculosis y otras enfermedades. Las organizaciones lideradas por la comunidad están siendo la salvación para los grupos de población de todo el mundo que se están dejando desatendidos, que son marginados y a los que cuesta llegar.
Las restricciones de distanciamiento físico han supuesto enormes desafíos para quienes necesitan acceder a los servicios básicos. De esta forma, se ha incrementado la carga sobre las organizaciones de la comunidad, las cuales se han convertido en el eje central del suministro de servicios.
ONUSIDA reconoce que las organizaciones de la comunidad tienen una incomparable experiencia a la hora de crear y suministrar respuestas a las crisis de salud y derechos humanos dentro de sus comunidades. Las muchas redes y los innumerables grupos liderados por la comunidad que emergieron para responder al VIH poseen una ingente experiencia práctica y fuerza organizativa, y gozan de un enorme acceso a la comunidad para facilitar el suministro de apoyo que salva vidas e influir en las prácticas de la vida real de las personas, para así proteger mejor su salud.
Las redes y las organizaciones lideradas por la comunidad también han forjado importantes relaciones profesionales y desempeñado grandes papeles dentro de los sistemas comunitarios y sanitarios, incluyéndose aquí funciones de coordinación y de rotación de tareas. Como ha quedado demostrado en muchos países, estas capacidades pueden, con el apoyo adecuado, desplegarse para facilitar la provisión de información sobre la COVID-19, así como otras informaciones en materia de prevención, pruebas y cuidados. Sin embargo, al no estar formalmente reconocida la naturaleza esencial de su trabajo, se enfrentan a grandes barreras que les dificultan el seguir prestando y acercando servicios. De esta forma, ONUSIDA considera fundamental para responder a la COVID-19 y mitigar los descomunales impactos de la pandemia que las organizaciones lideradas por la comunidad sean apoyadas para prestar los servicios esenciales y dispongan de los equipos de protección y del marco político necesario para seguir haciéndolo con seguridad.
El gran papel de las organizaciones lideradas por la comunidad ha de ser adecuadamente reconocido y apoyado en el contexto de la COVID-19. Deben formar parte de todos los aspectos de la planificación, el diseño y la puesta en marcha de las intervenciones tanto para combatir la COVID-19 como para mitigar su impacto en otras áreas sanitarias, como el VIH y la tuberculosis. En concreto, y como punto de partida, ONUSIDA insta a los comités nacionales y regionales encargados de la crisis por la COVID-19 a:
ONUSIDA
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
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